No hubiéramos reparado en nada si para devolver su verdadera vida al pueblo argentino hubiera sido preciso transformar radicalmente la estructura del Estado; pero, por fortuna, los próceres que nos dieron honor, patria y bandera y los que más tarde estructuraron los basamentos jurídicos de nuestras instituciones, marcaron la senda que indefectiblemente debe seguirse para interpretar el sentimiento argentino y conducirlo con paso firme hacia sus grandes destinos. Esta senda no es otra que la libertad individual, base de la soberanía; pero ha de cuidarse que el abuso e la libertad individual no lesione la libertad de otros y que la soberanía no se limite a lo político sino que se extienda a lo económico o, más claramente dicho, que para ser libres y soberanos no debemos respetar la libertad de quienes la usan para hacernos esclavos o siervos.
Por el instinto de conservación individual y colectivo, por el sagrado deber de defender al ciudadano y a la Patria no debemos quedar indefensos ante cualquiera que, alardeando de su derecho a la libertad, quiera atentar contra nuestras libertades. Quien tal pretendiera tendrá que chocar con la muralla que le opondrán todos los corazones argentinos.
Por el instinto de conservación individual y colectivo, por el sagrado deber de defender al ciudadano y a la Patria no debemos quedar indefensos ante cualquiera que, alardeando de su derecho a la libertad, quiera atentar contra nuestras libertades. Quien tal pretendiera tendrá que chocar con la muralla que le opondrán todos los corazones argentinos.
General Juan Domingo Perón.
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